El Último Inquilino del 304

Hay un departamento donde nadie logra vivir más de una semana. Marta fue la última en intentarlo… y desapareció. ¿Te atreves a leer lo que pasó dentro del 304?

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IA

5/13/20251 min read

El Último Inquilino del 304

En el corazón de una ciudad que nunca duerme, existe un edificio olvidado por el tiempo. No es viejo ni moderno, simplemente... invisible. Nadie lo recuerda realmente. Pocos lo notan. Pero quienes han vivido ahí, jamás lo olvidan.

Marta se mudó al departamento 304 buscando comenzar de nuevo. Un lugar pequeño, barato y silencioso: perfecto. Al principio, todo era normal. Pero a partir de la tercera noche, comenzó a escuchar pasos. Siempre a las 3:04 AM. Precisos. Lentos. Acompañados de un golpeteo metálico, como si alguien arrastrara algo por el pasillo.

Pensó que era el vecino. Hasta que se dio cuenta de que el 303 y el 305 llevaban años vacíos.

Una madrugada, decidida a enfrentar lo que fuera, se asomó por la mirilla. Nada. Pero el sonido seguía ahí. Más cerca. Cuando giró para volver a su cama, notó que la puerta del armario estaba entreabierta. Ella juraba haberla cerrado. Dentro, encontró algo imposible: una vieja foto en blanco y negro. Era su departamento... pero amueblado al estilo de los años 40. En el centro de la imagen, un hombre muy alto, sin rostro, vestido con un traje manchado.

En el reverso, solo una frase: “Yo viví aquí. Y no me he ido.”

Las noches siguientes fueron un tormento. Sus cosas cambiaban de lugar. Voces susurraban su nombre. La televisión se encendía sola. Hasta que una noche, exactamente a las 3:04 AM, la puerta del armario se abrió sola. Y del interior, surgió una figura alta, vestida de negro.

Marta desapareció esa noche. El 304 permanece cerrado hasta hoy. Pero si pasas frente al edificio una madrugada cualquiera... quizás escuches pasos. Lentos. Precisos. Y si miras con atención, podrías ver una silueta detrás de la cortina del 304. Mirando. Esperando.

¿Te atreverías a pasar una noche allí?